Era Julieta.
O eso creyó cada una de las veces que él se lo repetía, "mi Julieta" decía cada vez que la veía, llegó a pensar que sería eterno, que eran el uno para el otro, que eran Romeo y Julieta, pero pasó por alto lo de la muerte falsa o verdadera.
Era Julieta.
O eso se repetía cada noche a las 00 y 33 de la madrugada esperando su mensaje de buenas noches que pocas veces llegaba."Estará haciendo otra cosa, no pasa nada." y se auto convencía de tal manera que ni ella misma lo dudaba.
Era Julieta.
Era... era.. porque ya ser... no es nada, él se lo llevó todo, lo bueno y lo malo, él se llevó sus miles de sonrisas al verle, al escucharle, al escribirle o simplemente al pensarle, él se llevo sus cientos de atardeceres que ya no volverán a repetirse, él se llevó todas y cada uno de sus sentimientos, él se llevó todo su tiempo y alegría...¿y sabéis qué? Nunca volvió, ni él ni todas esas cosas que no podrá volver a vivir ni a guardar, el se llevó su corazón en llamas por el amor, y lo apagó y destrozó por el odio, él se llevo sus besos, sus sonrisas y... al final... se llevó hasta su vida al no volver a saber más de él.