Un día te despiertas y te das cuenta de que todo lo que viviste hasta ese momento no significó nada, todas las lecciones que creías aprendidas no era importantes, todos los errores de los que creíste aprender no eran válidos, todas las veces que te mojaste por algo se secaron y todas las promesas se incumplieron.
Un día te despiertas y te das cuenta de que nunca amaste a nadie, que nunca arriesgaste nada por nadie, que nunca te la jugaste por ningún principio y que tus creencias no tenían ni pies ni cabeza.
Un día te despiertas y te das cuenta de que todo lo que creíste hasta el momento no es cierto, que el cielo no es azul, es del color de sus ojos, que no son cuatro estaciones, él es la que viene después del otoño, que los límites se pueden sobrepasar, y con él te hiciste adicta a besar los bordes.
Un día te despiertas y te das cuenta de que tú eres tu peor enemigo, que le amas y le odias a la vez, que tocarle es como una hecatombe y su sonrisa la calma que sucede a cualquier tormenta.
Un día te despiertas y te das cuenta de que estás perdida.
miércoles, 22 de mayo de 2013
sábado, 4 de mayo de 2013
Vuelve a ponerse el sol desde mi almohada,
y no estás tú para encender todas mis luces.
Vuelve a llamar el dolor a mi puerta,
y esta vez no me basta con hacer oídos sordos.
Vuelvo a tener semanas de mierda,
y no estás tú para decirme palabras bonitas.
Vuelvo a esconderme en mi cama,
y tú no estás ahí para abrazarme.
Vuelve el frío para quedarse en un rincón de mi casa,
y no vendrás a hacer que se largue.
Vuelven mis mañanas vacías,
porque tus besos ya no las llenan.
Vuelve el invierno en primavera,
y en cada esquina helada me recuerda tu ausencia.
Vuelven a ser las 9 de un sábado cualquiera,
y no ya no me desvistes.
Vuelvo a echarte de menos,
a ti y a tus manos recorriendo mi espalda.
y no estás tú para encender todas mis luces.
Vuelve a llamar el dolor a mi puerta,
y esta vez no me basta con hacer oídos sordos.
Vuelvo a tener semanas de mierda,
y no estás tú para decirme palabras bonitas.
Vuelvo a esconderme en mi cama,
y tú no estás ahí para abrazarme.
Vuelve el frío para quedarse en un rincón de mi casa,
y no vendrás a hacer que se largue.
Vuelven mis mañanas vacías,
porque tus besos ya no las llenan.
Vuelve el invierno en primavera,
y en cada esquina helada me recuerda tu ausencia.
Vuelven a ser las 9 de un sábado cualquiera,
y no ya no me desvistes.
Vuelvo a echarte de menos,
a ti y a tus manos recorriendo mi espalda.
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